En la 1ra parte de esta enseñanza fuimos a Juan 10, y vimos cómo Jesús se paró firme en contra de los fariseos, en el intento que hicieron de apedrear a una mujer sorprendida en adulterio y en excomulgar al hombre ciego de nacimiento. Ahora, Jesús enseñará la parábola del pastor y las ovejas. Jesús hablará a los fariseos en presencia de otros para el aprendizaje de ellos, Jesús dice:
Juan 10:1:
De cierto, de cierto [esta
es la figura literaria epizeusis: duplicación] os digo [La frase "De
cierto...os" denota una declaración solemne y vehemente]: El que no entra
por la puerta [pasadizo] en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte,
ése es ladrón y salteador.
No es raro que por la noche
las ovejas se apiñen cuando están a campo abierto, cuando no hay peligro,
mientras los pastores velan por ellas (como en el nacimiento de Jesús en Lucas
2). Sin embargo, durante la noche, en distritos donde hay peligro de ladrones y
de bestias salvajes, el corral de ovejas se transforma en un lugar de
protección, de refugio, para éstas. El Corral de ovejas o redil es un recinto
amurallado y simple. En un esfuerzo para proteger más el redil, en la parte
superior de las paredes se pone leña ligera con espinas. Varias manadas pueden
usar el mismo redil.
Juan 10:2,3:
Mas el que entra por la puerta,
el pastor de las ovejas es. A éste abre el portero [el guarda de la puerta], y las
ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca.
Las ovejas eran muy
especiales en la cultura bíblica, tanto como los perros en la nuestra. Se les
ponía nombres y venían cuando se las llamaba. Recuerde que cuando Natán
confrontó a David en 2 Samuel 12, él le habló sobre un hombre que tenía sólo
una corderita, que era preciosa para él; que él había comprado y criado, y que
había crecido con él y con sus hijos juntamente, comiendo de su bocado y bebiendo
de su vaso, y durmiendo en su seno; y la tenía como a una hija. Las ovejas eran
muy especiales en esta cultura. David era pastor y se indignó cuando Natán le
contó esto. Natán llegó al corazón de David cuando le contó la historia de la
corderita.
Juan 10:4,5:
Y cuando ha sacado fuera
todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen
su voz. [El pastor se ha probado a sí mismo, vez tras vez. Con regularidad las
llevaba a pastos verdes y ellas estaban más que listas a seguirlo.]
Mas al extraño no seguirán,
sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.
Los hijos de Israel debían conocer
a Dios y obedecer Su voz del mismo modo en que las ovejas le obedecían a su
pastor.
Deuteronomio 30:2, 8, 10,
20: Y te convirtieres a Jehová tu Dios, y obedecieres a su voz conforme a todo
lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma,
Y tú volverás, y oirás la
voz de Jehová, y pondrás por obra todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy. cuando
obedecieres a la voz de Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y
sus estatutos escritos en
este libro de la ley; cuando te convirtieres a Jehová tu Dios con todo tu
corazón y con toda tu alma.
amando a Jehová tu Dios,
atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es
vida para ti, y prolongación
de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que
juró Jehová a tus padres,
Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar.
En cambio, el Faraón egipcio
incrédulo no conocía a Jehová como su pastor, y él se
rehusó a obedecer su voz.
Éxodo 5:2:
Y Faraón respondió: ¿Quién
es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a
Israel? Yo no conozco a
Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel.
Estas personas deberían
haber conocido y entendido esta parábola, pero no lo hicieron.
Juan 10:6: Esta alegoría les
dijo Jesús; pero ellos no entendieron [ginosko: conocer por
experiencia] qué era lo que
les decía.
Estos fariseos no conocían
por experiencia el cuidado y la preocupación que existe en el corazón de un verdadero
pastor; no entendieron la parábola. Sin embargo, el hombre ciego de nacimiento
sí la
entendió. Él sabía por
experiencia cómo Jesús había salido a buscarlo, del mismo modo como un pastor lo
hubiera hecho por una oveja perdida. Él sabía cómo el pastor consolaría y
sanaría a su oveja. Pero estos fariseos no tenían ni idea. No lo podrían
entender, así es que Jesús afectuosamente se los explica.
Juan 10:7-10:
Volvió, pues, Jesús a
decirles: De cierto, de cierto os digo [ahí está esa frase
nuevamente]: Yo soy la
puerta de las ovejas.
Todos los que antes de mí
vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron
las ovejas.
Yo soy la puerta; el que por
mí entrare [por ejemplo, entrar al redil], será salvo; y
entrará, y saldrá, y hallará
pastos [será alimentado].
El ladrón no viene sino para
hurtar y matar y destruir; yo he venido para que
tengan vida, y para que la
tengan en abundancia.
El ladrón es uno de los
nombres del adversario, el diablo. Thayer dice: “El nombre es transferido a los
falsos maestros que no se interesan en instruir a los hombres, sino que más
bien abusan de su confianza por ganancia personal”. El pastor verdadero sirve
por amor; y los ladrones, los falsos pastores, van tras su ganancia personal
¡He aquí la diferencia entre lo falso y lo genuino! Esto fue elaborado en
detalle en Ezequiel 34.
Ezequiel 34:1-4:
Vino a mí palabra de Jehová,
diciendo:
Hijo de hombre, profetiza
contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los
pastores: Así ha dicho
Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se
apacientan a sí mismos! ¿No
apacientan los pastores a los rebaños?
Coméis la grosura, y os
vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no
apacentáis a las ovejas.
No fortalecisteis las
débiles [eso es lo que un pastor debería hacer], ni curasteis la
enferma; no vendasteis la
perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni
buscasteis la perdida, sino
que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y
con violencia.
La preocupación número uno
del pastor debería ser el bienestar del rebaño. Sin embargo, estos pastores no
estaban llevando a cabo el trabajo por lo que podrían dar; sino más bien, por
el bien personal que podrían llegar a sacar de él. El versículo cuatro claramente
demuestra lo que le sucedió al hombre ciego de nacimiento. Los fariseos no lo
trataron con compasión. Por el contrario, lo trataron con una tremenda crueldad
porque se rehusó a sucumbir a sus amenazas y habló la verdad referente al
pastor verdadero.
Ezequiel 34:5-16:
Y andan errantes por falta
de pastor, y son presa de todas las fieras del campo, y
se han dispersado.
Anduvieron perdidas mis
ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en
toda la faz de la tierra
fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase,
ni quien preguntase por
ellas.
Por tanto, pastores, oíd
palabra de Jehová:
Vivo yo, ha dicho Jehová el
Señor, que por cuanto mi rebaño fue para ser robado,
y mis ovejas fueron para ser
presa de todas las fieras del campo, sin pastor; ni
mis pastores buscaron mis
ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí
mismos, y no apacentaron mis
ovejas;
por tanto, oh pastores, oíd
palabra de Jehová.
Así ha dicho Jehová el
Señor: He aquí, yo estoy contra los pastores; y demandaré
mis ovejas de su mano, y les
haré dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores
se apacentarán más a sí
mismos, pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les
serán más por comida.
Porque así ha dicho Jehová
el Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis
ovejas, y las reconoceré.
Como reconoce su rebaño el
pastor el día que está en medio de sus ovejas
esparcidas, así reconoceré
mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que
fueron esparcidas el día del
nublado y de la oscuridad.
Y yo las sacaré de los
pueblos, y las juntaré de las tierras; las traeré a su propia
tierra, y las apacentaré en
los montes de Israel, por las riberas, y en todos los
lugares habitados del país.
En buenos pastos las
apacentaré, y en los altos montes de Israel estará su
aprisco; allí dormirán en
buen redil, y en pastos suculentos serán apacentadas
sobre los montes de Israel.
Yo apacentaré mis ovejas, y
yo les daré aprisco, dice Jehová el Señor.
Yo buscaré la perdida, y
haré volver al redil la descarriada; vendaré la
perniquebrada, y fortaleceré
la débil; mas a la engordada y a la fuerte destruiré;
las apacentaré con justicia.
¡Esto es la Palabra!
Recuerde que en Juan 9:39 Jesús dijo: Para juicio he venido yo a este mundo. Él
vino a traer la Palabra de Dios para liberar a la gente de Dios. Él salió a
buscar a los que necesitaban ayuda; y de los que vinieron a él en busca de
ayuda, no rechazó a ninguno. (Juan 6:37)
Ezequiel 34:28:
No serán más por despojo de
las naciones, ni las fieras de la tierra las devorarán;
sino que habitarán con
seguridad, y no habrá quien las espante.
Jesucristo es el mismo ayer,
y hoy, y por los siglos (Hebreos 13:8). Él no ha cambiado. Como Príncipe de los
pastores todavía está activo y viviendo siempre para interceder por los santos
(Hebreos 7:25). ¿Cree usted que Dios quiere que Sus pastores actúen hoy de un
modo diferente?
1 Pedro 5:1-4;
Ruego a los ancianos que
están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y
testigo de los padecimientos
de Cristo, que soy también participante de la gloria
que será revelada:
Apacentad la grey de Dios
que está entre vosotros, cuidando de ella, no por
fuerza, sino
voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto;
no como teniendo señorío
sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo
ejemplos de la grey.
Y cuando aparezca el
Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona
incorruptible de gloria.
Existe una diferencia entre
el pastor verdadero y el ladrón. En la próxima enseñanza leeremos el resto de
la analogía del pastor y las ovejas en Juan 10; y veremos cómo el buen pastor
guía el rebaño debido a un compromiso hecho libremente y cómo pone el bienestar
del rebaño por encima de cualquier aprovechamiento de ganancia personal.
CONTINUAREMOS CON LA PARTE
#3…
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